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En un artículo anterior sobre las capas de la piel describimos, a grandes rasgos, cómo es la estructura de la piel y cuál es la función de cada una de estas capas. En cada una de ellas existen receptores, células especializadas y anexos cutáneos. Concretamente, las glándulas sebáceas son anexos cutáneos que se sitúan en la dermis.
⭐Las glándulas sebáceas⭐
Las glándulas sebáceas están formadas por células llenas de lípidos (grasas). Conocer estas glándulas permite entender algunas afecciones comunes dentro del sector de la imagen personal, como serían los procesos seborreicos, el acné, etc.
Las glándulas sebáceas protegen la piel ante la acción microbiana
Las glándulas sebáceas liberan sebo (la grasa, los lípidos), y sus funciones son fundamentalmente la de proteger la piel de la acción microbiana, pues forman un manto de sustancia ácida sobre la piel.
Otra de las funciones de las glándulas sebáceas es la de mantener la lubricación natural del cabello: en el cuero cabelludo, al igual que en la cara, estas glándulas son más grandes y más abundantes que en el resto del cuerpo.
Los poros cutáneos, que son el orificio externo del canal de salida de una glándula sudorípara o sebácea, que si se ensucian y se obstruyen, ¡aparecen los puntos negros!
¡Y un último apunte! La parte de la medicina que se encarga de estudiar la piel es la dermatología.
La piel es el órgano más externo y vulnerable que tenemos, expuesto a radiaciones, golpes… Además, su apariencia proporciona a veces indicios acerca de ciertas enfermedades, no solo de la propia piel, sino también de los órganos internos. Por ejemplo, con problemas respiratorios, puedes ponerte algo azul; o con problemas hepáticos, puedes ponerte algo amarill@.
Es muy importante mantener nuestra piel sana
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